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sábado, 18 de noviembre de 2017

Alma en pena



Inaugurando esta sección de aparecidos en la vida real decidí contarles una historia con la que mi madre nos asustaba en las tardes sin motivo aparente.

Ella nació y vivió hasta su juventud en Aguaray (Departamento de San Martín, Salta), pero su abuela era de Santiago del Estero, por cruces del destino terminó conociendo y enamorándose de quién sería mi visabuelo que era salteño y por eso vino a vivir aquí.
Junto con todo lo que tenía vinieron también historias desde Santiago, entre ella la que voy a contar.
Resulta que su padre (el de mi visabuela) tenía que ir a buscar agua a un río lejos de su rancho, y para llegar hasta allí debía de pasar por un algarrobo. Una advertencia que todos en su casa hacían era que no pasen por allí a la noche, ya que en ese algarrobo un hombre se había ahorcado y a su alma le gustaba asustar.
Él parte en su carreta ya muy entrada la tarde, por lo que hasta que llegó y emprendió el regreso del río ya era de noche, al momento de pasar por el algarrobo siente que algo lo llama, empiezan a silbarle, pero cuando voltea no hay nadie. Casi al mismo tiempo siente como la carreta comienza a pesar, como si alguien estuviera sentado atrás, cuando ya sabía que estaba solo en el camino. Lentamente el caballo empieza a detenerse, cada vez su paso es más lento y cansado, bellaquea. 
Ya con todo el miedo que se podía tener, recuerda un consejo de su padre "Cuándo tengas miedo, tenes que rezar", y como el único rezo que se conocía era el Padre nuestro comenzó:

Padre nuestro que estás en los cielos
Santificado sea a tu nombre
Venga a nosotros tu reino

Pero sólo hasta ahí, porque no sabía como seguía mas allá de eso. Mientras rezaba, con la esperanza de que eso lo ayude más, comenzó a vaciar la pava en la que traía el agua arrojándola hacía atrás, algo así como cuando se purifica algo con agua bendita.
Al llegar a casa, sale su esposa a recibirlo, y se da con la imagen de su marido petrificado del susto, aferrado fuertemente a la pava que estaba casi vacía y un caballo cansado que tuvo que hacer el camino de vuelta solo, pues su jinete dejó de guiarlo kilómetros atrás.  
Tardaron horas para que reaccione, al hacerlo les pudo contar todo lo que había vivido y así es como llegó hasta mis oídos y ahora hasta sus pantallas. 



Aparecido: por lo contado se podría decir que era lo que se conoce como "Condenado". Un alma que murió en forma trágica, como un suicidio por ejemplo, y ahora vagan por la tierra condenado (valga la redundancia) por Dios, quién no perdonó sus culpas y deben expiarlas en la tierra.



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