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lunes, 20 de noviembre de 2017

El hornero



La alfarería era una tradición en el pueblo Diaguita; de entre todos ellos había uno en especial que resaltaba por el arte de su vasijas, platos, etc. Tan bueno era que despertaba la admiración del resto del pueblo, entre ellos la hija del cacique, quién iba a verlo crear su arte casi a diario, y así, de a poco los jóvenes se fueron enamorando.
Tan grande se hizo su amor que un día el alfarero pidió la mano de su amada al cacique, este se opuso porque no aprobaba a un simple artesano para ser esposo de su hija, y expulsó al joven de la comunidad para que no se vieran mas.
Dolido, juró entre lágrimas que regresaría y construiría un hogar para ambos.
 Así sucedió, unos días después, al poblado llegó un pequeño pajarito de plumas pardas que comenzó a construir  su nido de barro en las cercanías de dónde vivía la joven.
 A los pocos días, producto de un fuerte deseo, la hija del cacique también se convirtió en esa ave marrón, de esta forma al fin pudo hacerle compañía a su amado, en su nido de barro.





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